miércoles, 23 de noviembre de 2016

"PAPÁ, POR FAVOR, CONSÍGUEME LA LUNA"

Hay momentos que recordamos con extrema claridad, momentos que han ocupado un espacio especial en nuestra memoria y que se quedan grabados con la claridad de una película en alta definición. Entre estos recuerdos atesoro uno que hoy comparto con vosotr@s.
Fue hace 7 años. En Tías. En la Librería Libertad. Entré para buscar un álbum para Mirella. Esa mañana decidí encontrar un cuento para ella, decidí que quería encontrar un cuento mágico, de esos que forman parte de tu infancia al igual que el olor de tu madre en la ropa, al igual que el peculiar ruido que hacen las llaves de tu casa cuando giran en la cerradura, al igual que la luz de esa única lámpara que se queda encendida en casa cuando todos se van a dormir. Sabía que iba a encontrar ese cuento y así fue. Estaba escondido en una estantería, en alto, estaba entre muchos otros, esperando en silencio. Estaba allí metido en la estantería de canto, no vi su portada, lo cogí por su título: "Papá, por favor, consígueme la luna".


Era ese el cuento que quería, un cuento que fuera un regalo para Mirella y para su papá, para esa persona que silenciosamente todo lo hace por amor a su hija. Lo leí sabiendo que no iba a hacer falta, y lo cerré, lo llevé conmigo y lo regalé a ambos. Ese cuento sigue con nosotros, probado por las muchísimas lecturas -y mudanzas- que hemos hecho con él, lleva en sí el olor típico de las casas de Lanzarote, que recogen la humedad en las páginas y que te la cuentan siempre, año tras año, añadiendo otra historia a la que ya lleva contando en si el cuento. 
Después de un largo tiempo descatalogado, este imprescindible vuelve a estar disponible en un nuevo formato, que en un principio, para quienes hemos estado acostumbrado al otro -el formato álbum grande- nos puede haber sabido a un formato "de juguete", pero que ha terminado por gustarnos tanto que lo hemos incluído en nuestra lista de deseos! Sea como fuera, grande, pequeño, en cartoné o con páginas de gramaje normal, este título de Eric Carle no puede faltar en una biblioteca infantil! Y si aún lo no conocéis, ya me diréis si al final de este artículo no estáis de acuerdo conmigo ;)


Papá, por favor, consígueme la luna,
Autor: Eric Carle
Editorial: Kókinos

Edad recomendada: a partir de dos años

Trama
Mónica es una niña fascinada por la luna: todas las noches la mira desde su casa y desea tocarla, alcanzarla para poder jugar con ella. Mónica finalmente le pide a su padre que le alcance la luna. Su padre cogerá una gran escalera e irá a por ella. Cuando sea del tamaño adecuado, el papá la coge y la entrega a su pequeña que jugará y bailará con ella hasta que misteriosamente desaparece. La luna vuelve, silenciosa a aparecer en el cielo, haciéndose cada noche más grande y más grande y más grande...

Contenidos y Valores
Una niña, un papá, la luna y un deseo: cuatro ingredientes que no pueden no dar pie a una gran historia, estando entre la pluma y los pinceles de Eric Carle.
Esta historia se rige en sus silencios. Os parecerá un comentario extraño, pero si me paro a pensar y a tener que encontrar el punto de fascinación de ese cuento, donde ese cuento esconde su magia, es precisamente en lo que no cuenta. El papá de Mónica la acompaña desde su silencio, un silencio que no es distancia sino un silencio que es escucha: Mónica pide ayuda a su padre, y sabe que su padre la escuchará, apoyará, la sostendrá en sus deseos. Allí están, bajo el cielo nocturno, con los pies en el césped, mirando para arriba, Mónica alargando sus brazos para alcanzar lo inalcanzable. Y como Mónica por si sola no llega pide a su padre que la ayude, que le traiga la luna. Su padre se lo toma en serio, como debe de ser, toma en serio el deseo de su hija. y nuevamente lo hace desde el silencio. 
El personaje del padre es pura acción, es pura presencia, un personaje que vive en el aquí y ahora. En esta presencia se da la magia que hace reales los sueños, esa magia en la que las personas, a medida que vamos creciendo, solemos dejar de creer. El papá de Mónica, sin embargo, cree en la fuerza de los sueños. Cree en su hija. Y aquí en esta historia es evidente como él se configura como el medio a través del cual conocer el mundo. Esta escena para mi lo dice todo: el amor mueve montañas y ¿cuál amor puede ser más grande que el amor que sentimos hacia nuestr@s hij@s? Allí está que sacamos recursos de donde no los haya y seamos capaces de hacer todo con tal de ayudarles a perseguir sus sueños.


Y así la historia se construye, con elementos simples pero tremendamente claros, los elementos que usaría un niño para pensar en como hacer para llegar a la luna: "¡una escalera tan larga apoyada en la montaña tan alta!" 
Este cuento hace lo que cada cuento viene llamado a hacer: abrir puertas, hacernos ver que en realidad lo imposible sí que es posible, que los sueños que tenemos sì que se pueden alcanzar, que esa magia que en si encierra la luna, con su crecer y menguar, está dentro de cada uno de nosotr@s. 



Mónica con los pies descalzos recibe la luna de las manos de su padre, y baila con ella, juega con ella, hasta que la luna desaparece.Y es otra vez en el silencio que conocemos los sentimientos de esta niña: su baile y su juego son la viva representación de su alegría, de su ilusión, al igual que su inmóvilidad y su expresión nos dan a entender su tristeza, su sorpresa, su incredulidad por la pérdida de lo que por un momento ha podido alcanzar. Mónica y su padre no hablan del asunto. un nuevo silencio que significa la aceptación de la realidad dentro de lo que es nuestro sueño. Vuelven a su vida, vuelven a su silenciosa rutina. Así como la luna, silenciosa, vuelve a aparecer en el cielo. 


Una sensación de paz reina en la página de este cuento: la luna sabe de Mónica, Mónica de la luna. La pequeña y sencilla casa de nuestra protagonista está resguardada por ese mundo que poco a poco, día tras día, Mónica conoce, amparada por la tranquilidad que su padre, su presencia y su cariño le ofrecen. 
La tranquilidad de la infancia en la que se da el descubrimiento del mundo, de la inmensidad del cielo, de las estrellas y de la luna es quizás el elemento más grande de lo que construye una verdadera crianza respetuosa, más allá de las elecciones concretas que podamos hacer en nuestro día a día: acompañad@s por la presencia de un papá que nos escucha, serenamente conscientes de que siempre que deseemos algo nuestros deseos serán tomados en serio y que los adult@s que nos acompañan cuidarán a la vez de esa magia y de esa realidad que juntas forman la vida.  

Ilustración
Sobre Eric Carle poco hay que decir: las imágenes hablan por si solas! Amamos la estrellas que iluminan el cielo de Carle, amamos esa irregularidad, ese brillo que le viene de ser tan inexactas! Un collage de pinturas que delata una capacidad asombrosa en saber encontrar el equilibrio entre colores fuertes, una oda a los colores primarios. Ese formato en cartoné me ha encantado porque nos permite, mucho más que el anterior formato, manipular y sencillamente jugar con el libro tal como Mónica juega con la luna. Esa libertad de manipulación es parte del cuento y hace que lo percibamos completamente de otra manera: un 10 a Kókinos por esta edición en cartoné!

Para qué y para quién
Me atrevo a decir que este álbum es para tod@s, pongo una pequeña limitación al principio, cuando me refiero a la edad recomendada, pero no porque antes el cuento sea "dañino", pero si que va a resultar de difícil comprensión. Por lo demás es un álbum que regalaría a tooooodo el mundo!
Si además queremos buscarle temática más concreta, no vamos a tener problemas: el ciclo lunar, la relación familiar, la relación padre-hija, la naturaleza, la noche. Así como valores: superación, acompañamiento emocional, creer en los sueños, autoestima. 

Si queréis haceros con vuestro ejemplar o regalarlo y hacer feliz a un peque o a un adulto que ha conservado su espíritu de niñ@, podéis hacerlo aquí en La Cuentería :)

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