jueves, 7 de abril de 2016

RESEÑA DEL ÁLBUM "LA PRINCESA ABURRIDA"

Uno de los primeros recopilatorios de cuentos que preparé en el blog, ha sido el de "Las princesas atípicas de los cuentos actuales", y reúne una selección de cuentos protagonizados por princesas bastante diferentes a la típica princesa rosa ya que rompen con los estereotipos de género asociados a este personaje tan buscado por las niñas. El título que os reseño hoy va a sumarse a estos otros álbumes que intentan presentar una diferente versión de estos personajes principescos, resaltando las limitaciones y obligaciones que atañen a ese mundo, donde más que disfrutar de privilegios, se pierden derechos a vivir la vida con serenidad, pudiendo realizar nuestras personalísimas aspiraciones y deseos. Esto es lo que nos cuenta con su historia "La princesa Aburrida".



La princesa Aburrida
Autor@s: María J. Lorente, Antonio Lorente
Editorial: Uno ediciones


+6 años

Trama
Una pequeña princesa vive encerrada en su castillo, separada del mundo real. Su día a día se alterna entre las obligaciones sociales y las aburridas clases con su tutora Petra. La princesa no es feliz y se aburre tremendamente. Conseguirá aprovechar de un momento de distracción de su madre para obtener su permiso para asistir a las clases de un nuevo y revolucionario maestro que educa entusiasmando a l@s niñ@s haciéndoles vivir en primera personas los temas de aprendizaje. La princesa crece y las clases con su maestro y sus amigos ya se han acabado: ya no tiene ningún momento de libertad. Es entonces que tomará la dura decisión de abandonar su hogar para permitirse ser libre.

Contenidos y Valores
El cuento se abre con una primera ilustración que no puede no recordarnos a la temible señora Rottenmeier institutriz de Klara Seseman en la novela Heidi de Johanna Spyri, publicada en 1880 y base de la famosa serie homónima de dibujos animados.
Y efectivamente la ambientación histórica de este álbum remonta a esa época en la que la nobleza podía representar una dura esclavitud para las niñas que nacía en una familia de alto rango.


La princesa no disfruta de su niñez, vive en la soledad de su frío e inmenso palacio, sin amig@s y sin el cariño de su familia. La madre, que vemos aparecer en varios momentos de la historia no presta atención a las peticiones de su hija y solo le recuerda sus obligaciones. No hay cercanía física, ni la menor empatía por parte de la reina. Peor aún es la relación con su padre ya que directamente no existe, ni aparece en el cuento: como de manual, está demasiado ocupado con sus obligaciones para atender a su familia.
Esta situación de soledad en la que vive la niña es un espejo, evidentemente llevado a la exasperación, de la situación en la que much@s niñ@s viven su día a día, no teniendo los padres tiempo para dedicarle, y teniendo que cumplir con las numerosísimas obligaciones que se les da: desde cumplir con los horarios de colegio y actividades extra-escolares, hasta aceptar todo lo que se le ofrece de comer, la ropa que tienen que llevar y las personas que tienen que saludar dándole un beso o recibiéndolo aunque no le apetezca.


La princesa busca una salida a su infeliz rutina y la llegada de un maestro revolucionario, al que el rey ha cedido una zona de sus jardines para impartir sus clases, será la clave a la necesidad de libertad y de relación con iguales que necesita la pequeña.
El personaje del maestro revolucionario representa un interesante apunte a la necesidad de ofrecer a l@s niñ@s una educación diferente, que les permita vivenciar los temas de estudio y que les deje así ser protagonistas del proceso de aprendizaje, invirtiendo la clásica estructura de las escuelas modernas en las que el alumno es un mero receptor de las palabras y de las enseñanzas del maestro. Un personaje que no nos costará asociar con todo ese movimiento de pedagogías alternativas que, afortunadamente, van cogiendo siempre más protagonismo en el campo educativo y que tiene en España uno de sus más interesantes exponentes: César Bona.


Pero nuestra princesa crece, el tiempo de libertad que le dejaba el cole se acaba, y ella vuelve a vivir encerrada en su castillo y en su rango social. Nuevamente la princesa intentará convencer a su madre de que ella no es como los demás deseen que ella sea, que ella no se siente cómoda en su rol de princesa, pero una vez más recibirá una negativa.  Hasta ahora no ha tenido un nombre que la ha definido en su identidad, mientras que aquí la reina la llama con su nombre como para encerrar con aún más rigidez la vida de su hija dentro de sus obligaciones:

Elena, empieza a pensar en ti. Debes seguir un destino marcado desde tu cuna. No lo hagas más difícil y asume tus responsabilidades.

Pero esta vez las palabras de la reina no pararán a la princesa: al revés, será a partir de las palabras de su madre que Elena empieza a reconocer su yo por encima de su rol de hija y de princesa. Y es en estas últimas páginas que Elena se libera.

Fuera ese peinado angosto, fuera esos vestidos encorsetados. Elena huye descalza con un camisón de seda salvaje, sin meta, pero teniendo muy claro lo que no puede seguir aceptando: que la priven de su personalidad, que la priven de la posibilidad de elegir, que decidan toda su vida sin poder opinar.
Elena huye de su prisión, incluso de su belleza, enésima jaula de oro que parecía asegurarle un éxito seguro en su vida.


Un cuento que nos anima a enfrentarnos a las situaciones que vivimos en nuestra vida y que no queremos que sigan siendo tales. Una historia que quiere empoderar al individuo frente a la expectativa social, dejándonos libres de decidir, y nos insta a hacerlo pese a que el precio a pagar sea alto como es en el caso de la princesa protagonista del cuento, que deberá abandonar a su familia y lanzarse hacia lo desconocido, sin saber como hará para arreglársela.

Ilustraciones
¡Preciosísimas! me han cautivado desde el principio, recordándome inevitablemente el precioso estilo de Benjamin Lacombe.


Muy apropiadas para la historia que acompañan, se integran con el texto a la perfección ofreciéndonos imágenes que resaltan las emociones de los personajes también a través de la elección cromática de cada ilustración.

Para qué y para quién
Recomiendo este cuento a niñ@s a partir de los 6/7 años, momento en el que ya pueden ser más críticos con las situaciones vitales incómodas y con las obligaciones que se les impone desde fuera y con las que pueden no estar de acuerdo. El álbum ofrece la oportunidad de hablar de muchos estados emocionales que a veces l@s peques no son capaces de expresar, como por ejemplo la incomodidad que pueden sentir en determinadas situaciones con su familia o la necesidad de evadir límites que viven como constricciones.
Lo veo también muy indicado para el público adolescente que se encuentra a menudo en desacuerdo con su familia y que necesita encontrar su propio espacio de crecimiento sintiéndose libre de rechazar lo que hasta ahora ha aceptado sin cuestionarlo.

"La princesa aburrida" es uno de los títulos que forman parte de la cesta de cuentos que sorteamos entre los clientes de nuestra librería online, La Cuentería Respetuosa. Así que si quieres participar en el sorteo pincha aquí y te lo explico todo ;)

Si quieres hacerte con tu ejemplar de "La princesa aburrida" lo encuentras aquí en nuestra librería online, La cuentería Respetuosa.

4 comentarios:

  1. Muy bueno. Yo ya lo tengo conmigo, es una pasada

    ResponderEliminar
  2. Verdaderamente precioso. Una obra de arte, merece la pena...me lo pido

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Vedad Sonia? Estoy segura de que te encantará aún más cuando lo tengas entre manos! Un abrazo!

      Eliminar