De pequeña mi personaje favorito de los dibujos animados, no era ni una princesa, ni una hada: ¡ya se veía venir esto de la pasión para la coeducación...! Como os decía mi personaje favorito era un dragón, pero un dragón atípico, Grisú, que aquí en España no ha llegado, así que os cuento rápidamente de que va su historia. Se trata de un pequeño dragón que no quiere vivir asustando a l@s demás, no quiere ir quemándolo todo a su alrededor y que para colmo quiere ser bombero! Me encantaba este pequeño atrevido que se enfrentaba sin miedo a su padre, expresándole sus sentimientos, y explicándole que es lo que él quería hacer en su vida, sin miedo a ser diferente a como los demás se esperaban que fuera. Y en cierta medida esto es lo mismo que le pasa a Flavio, el dragón protagonista del cuento que os reseño hoy: "El dragón (que no era verde)".
El dragón que no era verde
Autor@s Paula Carbonell, Oliviero Dumas
Editorial: La Fragatina
+3 años
Trama
Protagonista del libro es sin duda Flavio, un dragón que no quería ser verde como todos los demás, y un niño con él que Flavio comparte sus días. Flavio cambiará de color a lo largo de todo el cuento, según la situación en la que se encuentra, pudiendo así definirse en base a sus sentimientos y sus vivencias, más que en base a su naturaleza de dragón.
Contenidos y Valores
Flavio es un dragón que expresa sus estados de ánimo y la forma de expresarlos es a través de sus cambios de color: cuando se enfada se pone morado, o hecha llamas de su boca produciendo esa magnífica consecuencia de convertir campos de maíz en campos repletos de palomitas. La expresión de la rabia entonces es bienvenida, no es juzgada ni tiene malas consecuencias. Una oda a la libertad de expresión!
Y así vemos Flavio hacerse blanco, morado, verde, azul cielo, gris y de todos os colores. En esta maravillosa imagen no he podido no recordar un álbum muy muy lindo, El paragua, del que os hablé hace unos meses aquí.
La discusión entre su amigo y el dragón sigue a lo largo de todo el cuento, y Flavio tiene claro que él quiere ser un dragón azul, y al final del cuento, después de todas las aventuras vividas y los estados de ánimos probados, Flavio dice ser azul, porque decide ser azul. Un final maravilloso en el que el protagonista afirma su voluntad por encima de cualquier otra realidad, la de l@s demás y la que definiríamos objetiva. Flavio nos transmite ese importante valor de la autodeterminación y de la independencia, del creer en si mismo como constructor de su propia realidad y de su propio ser.
Me ha gustado mucho ver la naturalidad con la que el personaje del dragón es aceptado por todo, a nadie resulta extraña su presencia, y menos aún que su pequeño amigo vuele montado en su lomo: adoro los cuentos en los que los elementos fantásticos forman parte de la realidad rompiendo las barreras de lo concreto y dejando espacio para que la imaginación se apodere de ello! A l@s niñ@s les gusta soñar y hacer que sus sueños sean reales, y ¿cuál mejor herramienta que la de los cuentos para hacer que esa fusión se de?
Ilustraciones
Sencillas, divertidas, cercanas: l@s peques identificarán con facilidad su mundo con el de Flavio y de su amigo, sintiéndose parte de la historia, y pudiendo imaginar con facilidad que un dragón como ese puede perfectamente formar parte de su vida!
Para qué y para qué
Para soñar, para hablar de las emociones, para trabajar los colores, para hablar de la determinación de uno y de la diversidad, así como de la amistad a través de la relación que tienen Flavio y el niño que protagoniza el cuento junto con él. Un cuento completísimo hilado por un ligero humor que hace de esta lectura un momento ameno que l@s peques querrán repetir más y más!
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Que bonito yo también quiero ser un dragón azul
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