Como os comentaba ayer, la noche entre el 20 y el 21 de septiembre es la que, en nuestra casa, mantenemos como noche de pasaje entre el verano y el otoño.
Estos momentos del
año nos dan la oportunidad de reflexionar no solo sobre el ciclo de la
naturaleza y de conectar con ella, sino también de cerrar una etapa vivida, y
de reflexionar sobre las experiencias que han hecho nuestro verano, y
compararlas también con los años pasados.
Este verano se nos ha hecho largo por las temperaturas extremas y por no
tener la playa tan a lado como los años pasados, pero también ha traído muchas
amistades y el justo tiempo de aburrimiento, necesario en un proceso de
maduración y crecimiento en los que se tiene la posibilidad de buscar qué es lo
que nos satisface.
En este sentido para Mirella el verano ha sido un momento en
el que darle tiempo y espacio al dibujo, a la lectura (sobre todo de libros en
italiano), y de empezar a disfrutar de la escritura con plenitud. Pero sobre
todo ha tenido la posibilidad de disfrutar de mucho juego libre con sus amig@s!
Para Serena los días
de playa han sido los mejores: la temperatura del agua de San Juan le ha venido
de perlas ya que no le gusta meterse en el agua fría, y con respecto al océano al
que estaba acostumbrada ha vivido un cambio absolutamente positivo y lo ha
disfrutado a tope!
Y ahora el arena y el
mar dejan paso al bosque y a ese momento fascinante en el que los árboles
cambian su cara y se tiñen de colores cálidos y nos invitan a disfrutar de
nuestro nuevo hogar y a prepararnos a la llegada de frío.
Para celebrar este importante momento de cambio cada año preparamos un ritual, y cada año diferente, improvisado, según el sentir del momento. Aunque siempre se compone de unos elementos de base: elementos naturales típicos del otoño, una vela (o más, según se nos antonje!) y un cuento, a veces leemos un libro, otras veces narramos un cuento oralmente o representándolo con marionetas (como hicimos el año pasado).
El valor de un ritual de pasaje que se repite cíclicamente es muy grande ya que
- prepara a l@s niñ@s a los cambios que se darán según la estación que empieza: el tener que abrigarse más, el entender que ya no se bajará a la playa, que habrá menos horas de luz y que empiezan a prepararse muchos momentos de compartir en casa con amig@s y familia.
- nos ayudan a conectar con la naturaleza y a conocer sus cambios y el porque estos se realizan, que función tienen en nuestra vida y en la vida de los animales.
- dan a nuestr@s hij@s la seguridad de la repetición, tan importante en la infancia.
Este año nuestro ritual ha empezado a prepararse en el parque que tenemos al lado de casa. Estuvimos largo rato mirando los árboles, las ligeras ráfagas de viento que los sacudían, las hojas que se separaban de las ramas y que revoloteando caían hasta nuestros pies. Una imagen sencilla, que habréis visto centenares de veces, pero que para nosotras fue un espectáculo emocionante dada su novedad: Mirella y Serena nunca habían vivido estos momentos, acostumbradas a palmeras y desierto volcánico no habían podido apreciar hasta ahora este momento mágico en el que la naturaleza cambia y ofrece un nuevo panorama delante de nuestros ojos.
Para celebrar este importante momento de cambio cada año preparamos un ritual, y cada año diferente, improvisado, según el sentir del momento. Aunque siempre se compone de unos elementos de base: elementos naturales típicos del otoño, una vela (o más, según se nos antonje!) y un cuento, a veces leemos un libro, otras veces narramos un cuento oralmente o representándolo con marionetas (como hicimos el año pasado).
La importancia de un ritual de pasaje
- prepara a l@s niñ@s a los cambios que se darán según la estación que empieza: el tener que abrigarse más, el entender que ya no se bajará a la playa, que habrá menos horas de luz y que empiezan a prepararse muchos momentos de compartir en casa con amig@s y familia.
- nos ayudan a conectar con la naturaleza y a conocer sus cambios y el porque estos se realizan, que función tienen en nuestra vida y en la vida de los animales.
- dan a nuestr@s hij@s la seguridad de la repetición, tan importante en la infancia.
Este año nuestro ritual ha empezado a prepararse en el parque que tenemos al lado de casa. Estuvimos largo rato mirando los árboles, las ligeras ráfagas de viento que los sacudían, las hojas que se separaban de las ramas y que revoloteando caían hasta nuestros pies. Una imagen sencilla, que habréis visto centenares de veces, pero que para nosotras fue un espectáculo emocionante dada su novedad: Mirella y Serena nunca habían vivido estos momentos, acostumbradas a palmeras y desierto volcánico no habían podido apreciar hasta ahora este momento mágico en el que la naturaleza cambia y ofrece un nuevo panorama delante de nuestros ojos.
Recolectamos unas poquitas hojas, en un principio para jugar a cocinar con ellas, pero al llegar a casa se convirtieron en un círculo que rodeaba la vela del otoño. Serena decidió colocar la vela en el umbral de la casa (¡este detalle me fascinó!) y se entretuvo mirándola largo rato esperando que la luz del día se fuera y que se hiciera de noche.
Mientras Mirella anunció que iba a escribir una canción de bienvenida al otoño.
Escrita la canción preparó su escenario, encendió otras velas y dos inciensos y empezó a cantar:
Cuando terminó de cantar, nos invitó a que escribiéramos en un papel lo que nos había parecido la actuación: creó un pequeño libro de firmas, al igual que había visto hacer 2 días antes al final de la representación teatral de "El niño que salió de un agujero negro", de la que os hablé aqui.
Soplamos las velas y nos sentamos las tres en el sofá leyendo el cuento que tenía preparado para esta tarde tan especial: "El otoño" de Claudia Degliuomini
El otoño
Autora: Claudia Degliuomini
Editorial: Sieteleguas
Autora: Claudia Degliuomini
Editorial: Sieteleguas
+3 años
Trama
Este breve álbum ilustrado relata la llegada del otoño y su viaje a través del invierno hacia su amada primavera.
Contenidos y valores
El otoño aparece en este cuento como un personaje que viene a visitarnos, al igual que un amigo lejano que solo vemos una vez al año. Siempre que viene trae momentos de recogimiento, de calma, de pequeños placeres que vivimos dentro de nuestras casas, o en la calle bajo las hojas que caen.
Serena se quedó fascinada por esta segunda ilustración. Tiene una pasión absoluta por los personajes que vuelan y por las hadas y ver est@s niñ@s volar teniendo como alas unas hojas de árboles le ha parecido pura magia!
El viaje que realiza el otoño en el que cruza la estación que le sigue y llega a la siguiente, donde es y está la Primavera, nos ayuda a introducir todo el ciclo de las estaciones y el hecho de que los cambios que cada una de las estaciones trae es solo momentáneo, y que estamos siempre cambiando y en continua evolución.
Trama
Este breve álbum ilustrado relata la llegada del otoño y su viaje a través del invierno hacia su amada primavera.
Contenidos y valores
El otoño aparece en este cuento como un personaje que viene a visitarnos, al igual que un amigo lejano que solo vemos una vez al año. Siempre que viene trae momentos de recogimiento, de calma, de pequeños placeres que vivimos dentro de nuestras casas, o en la calle bajo las hojas que caen.
Serena se quedó fascinada por esta segunda ilustración. Tiene una pasión absoluta por los personajes que vuelan y por las hadas y ver est@s niñ@s volar teniendo como alas unas hojas de árboles le ha parecido pura magia!
El viaje que realiza el otoño en el que cruza la estación que le sigue y llega a la siguiente, donde es y está la Primavera, nos ayuda a introducir todo el ciclo de las estaciones y el hecho de que los cambios que cada una de las estaciones trae es solo momentáneo, y que estamos siempre cambiando y en continua evolución.
Ilustraciones
Técnica mixta que recorre al uso de acuarela y collage: la ilustradora argentina nos invita a nadar en este mar de colores cobrizos que nos transmiten la calidez y a la vez el frío que trae el otoño. La calidez del hogar, con su olor a chocolate e infusiones caliente, el frío del viento que sopla y que hace caer las hojas que antes abrigaban los árboles. Un álbum para hojear una y otra vez, leyéndolo y sobre todo mirando sus preciosas imágenes.
Técnica mixta que recorre al uso de acuarela y collage: la ilustradora argentina nos invita a nadar en este mar de colores cobrizos que nos transmiten la calidez y a la vez el frío que trae el otoño. La calidez del hogar, con su olor a chocolate e infusiones caliente, el frío del viento que sopla y que hace caer las hojas que antes abrigaban los árboles. Un álbum para hojear una y otra vez, leyéndolo y sobre todo mirando sus preciosas imágenes.
Para qué y para quien
Perfecto para hablar del ciclo de las estaciones y para empezar a practicar la lectura autónoma ya que tiene muy poco texto.
Perfecto para hablar del ciclo de las estaciones y para empezar a practicar la lectura autónoma ya que tiene muy poco texto.
Terminado de leer el cuento estabamos ya muy cansadas y nos fuimos a darnos un baño con agua calentita y a la camita deseándonos tod@s un feliz comienzo de otoño!
¿Y vosotr@s celebráis la llegada de una nueva estación? ¿Os animáis a preparar un pequeño ritual con vuestr@s peques?
¿Y vosotr@s celebráis la llegada de una nueva estación? ¿Os animáis a preparar un pequeño ritual con vuestr@s peques?
No hay comentarios:
Publicar un comentario