Reseña: El faro de las almas

El pasado viernes Mirella cumplió 9 años, una edad importante: aunque cierto es que todo momento del crecimiento de nuestr@s hij@s es especial, he visto a lo largo del verano aproximarse una fase de cambio muy importante en mi hija. Casi una primera despedida de la infancia o, quizás, más que eso, un empezar a entrever unas posibilidades más, unas explicaciones más, unas preguntas más sobre qué es la vida, qué es lo que sentimos y qué significan para nosotros las personas, conocidas y desconocidas, sus historias y lo que siente nuestro corazón.

Y es en este sucederse de cambios y eventos que marcan la vida de cada un@ que llega a nuestra nueva casa un cuento precioso, que empieza con el cumpleaños de su protagonista, un niño que cumple justamente esa mágica edad, 9 años. El cuento, de la editorial Cuentos de Luz, se titula “El faro de las almas”

El Faro de las almas
Autor: Ariel A. Almada, Susana Celej
Editorial: Cuentos de Luz
+6 años

Trama
Leo recibe por su cumpleaños un regalo especial de parte de su abuelo: un faro. Junto con el faro Leo recibe el encargo de mantener vivo el uso que está haciendo su abuelo del faro. Abuelo y nieto pasarán una larga noche juntos en la que el abuelo le enseñará a Leo para que vale ese faro, y cuan importante es que el pequeño siga la labor que hasta ahora ha desempleado el abuelo: un faro que alumbra esperanzas, sueños y vidas.

Contenidos y valores
Este álbum ilustrado es como un empolvado cofre del tesoro, que esconde riquezas mucho más grande de las que podamos sospechar. Al abrirlo nos encontramos casi frente a un espejo ya que como Leo, el protagonista del cuento, levantamos los ojos hacia arriba viendo el grande faro que despliega su altura hasta el margen de la página.

Esto pequeño detalle nos hace sentir ya dentro del cuento: cada niñ@ que abra este cuento (que se abre “del revés” con respecto a como estamos acostumbrados a abrir un cuento: pasando las páginas desde abajo y hacia arriba) se sentirá automáticamente identificad@ con Leo y con todo lo que en el cuento acontece.

El faro es su regalo. El abuelo hace ese don: el don de su sabiduría, de su forma de ver la vida, un don de conciencia, para abrir antes los ojos de su nieto un escenario de magia y de amor hacia la vida.

Al hacerse de noche Leo y su abuelo llegan al faro y allí el abuelo, proyectando la luz del faro hacia lo alto del cielo, cruza las manos y hace aparecer una golondrina.

“Todo lo que realmente añoramos en nuestro corazón siempre vuelve, como hacen las golondrinas en primavera.”

Un mensaje alentador que quiere alimentar la esperanza, el pensamiento positivo, y la confianza en la vida y en uno mismo. Pese a los momentos difíciles, cuando todo nos parece negro y sin solución, es importante tener siempre presente que siempre llega el momento en que conseguimos volver a ver la luz, y volver a sentirnos bien.

¿Y cuál es ese centro, ese faro que hace que no nos perdamos en la tormenta? La confianza en nosotros mismos, que es la base de nuestro ser en el mundo, nuestra raíz, lo que sirve para no perderse y saber llegar a puerto, pese a las adversidades que podamos encontrarnos en nuestro camino.

A la vez que el abuelo le entrega este faro a Leo, y le ofrece esta bonita reflexión sobre la vida, parece casi que quiera acompañarle en la vivencia de su futuro duelo: primero porque cede su “oficio” de guardián del faro a su nieto, y también porque lo vemos despedirse de Leo, y de nosotros, poniéndole en su cabeza su gorro de marinero y luego aparecer en la ilustración final del cuento en la que se ve retratado de espaldas, marchándose, cantando “una canción tan antigua como el viento”.

Esa melodía representa la esencia del ser humano, lo que sigue vivo tras los años, los siglos, tras los individuos y su paso por el mundo. 

El faro de las almas, aparece entonces como punto de unión y de contacto entre dos mundos, entre los que están vivos y los que ya no están o parecen no estarlo porque están desaparecidos.Y así lo vemos representado en la portada del cuento, alumbrando a un lado y al otro. Un punto de unión entre las generaciones que se abrazan y llegan a compartir la importancia de un mensaje de solidaridad, amor y generosidad con extrema ternura, como la que sentimos estrecharse entre el abuelo y su nieto.

El abuelo de Leo proyecta la imagen de la golondrina para alentar a quienes están a punto de perder la esperanza: -las mujeres que esperan la vuelta de sus maridos que se han embarcado hace tiempo y de los que no saben nada- o a quienes se sienten solos –como un viejo marinero que se ha retirado a vivir en una isla y que echa de menos el navegar-.

La magia de la vida, expresada a través de las historias, siempre nuevas y siempre cambiantes que el abuelo proyecta cada noche en el cielo ayudan a “encontrar el camino de la noche a la madrugada.”

Aquí también no puedo evitar leer este recorrido de la noche al día de forma simbólica. Un poco como Dante y Virgilio que tendrán que cruzar todas las profundidades y la oscuridad del infierno hasta que por fin podrán  “riveder le stelle” (Volver a ver las estrellas): las almas igualmente tienen que transitar el espacio nocturno, un espacio de oscuridad, de pena y de dolor, al final del cual le espera la luz reconfortante de la madrugada.

Ilustraciones
Unas acuarelas preciosas las que nos llevan de la mano a lo largo de todo este cuento, transportándonos en el mundo que se retrata y que nos hacen sentir el olor a mar en la raya azul de la gorra que lleva puesta el abuelo, y ese frío húmedo que nos invade por la noche cuando estamos a orillas del mar.

Para qué y para quién

Un cuento que considero perfecto para leer de forma autónoma y que aconsejaría para hablar de varios temas: generosidad, comprensión, empatía, vejez, duelo, aceptación y esperanza. Como os decía al principio del post: este cuento es de una riqueza infinita, como siempre la Editorial Cuentos de Luz nos regala verdaderas joyas literarias!

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